No lo mató la grieta, pero ella se hace un festín con su memoria
La Nación |
Duro y chocante para todos aquellos que se empecinan en dotar al, por demás largo episodio, de características conspirativas, represivas por fuera de la ley, violadoras de los derechos humanos, asemejadas a la “criminalización” de la protesta social y demás condiciones propias de la represión del Estado del periodo 73-83
Duro y chocante porque no fue el Estado, ni una política deliberada del Estado la que acabó con la vida de este chico que apoyaba la causa de un grupo, partidario de la creación de un Estado mapuche separado de la Argentina y de Chile.
Tal vez murió por un paro cardíaco producto de una hipotermia.
Tal vez, murió por ahogo.
No sabemos quien lo mató.
Cuando manda la pasión, la razón duerme. Y cuando no hay razonabilidad, se pierde la percepción del otro, el sentido crítico, el esfuerzo autocrítico.
El neurólogo Facundo Manes da una explicación científica de este mecanismo cerebral:
Perfil |
- El sector A está convencido de que el sector B es malo y está equivocado.
- El sector B piensa lo propio del A y es muy difícil que cambien de opinión, aún con evidencias.
- Desde el punto de vista científico es lo que llamamos sesgos mentales, que son esquemas de confirmación que aplicamos a diario y que se repiten en lo ideológico: los sectores A y B discuten no para escucharse, sino para buscar la información entre lo que el otro dice para reforzar lo que ya pensaban”.
Taringa |