La "chaqueta amarilla" es una avispa venenosa temida por quienes realizan actividades al aire libre -caminatas, paseos, asados, campamento-, principalmente en los meses de verano. Y hay razones suficientes para evitar su picadura.
Un documento editado por el Grupo de Ecología de Poblaciones de Insectos del INTA EEA Bariloche en el año 2011*, indica que estas avispas pueden ser peligrosas principalmente para personas alérgicas, a quienes su veneno puede provocar un shock anafiláctico y hasta la muerte. Además, en el caso de personas no alérgicas, las sucesivas picaduras pueden producir una sensibilización.
A pesar del temor que genera, la chaqueta es un insecto más molesto que agresivo. Solo pica cuando se siente amenazada o defiende su nido. Y esto es más probable que ocurra durante los meses de verano, cuando la población está más expuesta a la picadura de muchos insectos como mosquitos, piojos, pulgas, garrapatas, arañas, hormigas, tábanos, abejas y avispas.
Para defender su nido las chaquetas vuelan produciendo una frecuencia especial de batido de alas que estimula a otras avispas a salir y atacar. Las avispas atacan a los intrusos en un radio alrededor del nido de unos 7 metros, prestando especial atención a los objetos que se mueven.
Las chaquetas raramente pican si no son provocadas. En general, usan su aguijón para defenderse o inmovilizar a sus presas. Las picaduras a la gente suelen ocurrir cuando uno intenta espantarlas o cuando se está comiendo.
Igual que la abeja, tiene un aguijón en el extremo del abdomen, conectado a una glándula de veneno que es inyectado al momento de picar. La función del veneno es generar molestia para dejar de ser "agredida". La diferencia fundamental entre la picadura de las abejas y las avispas es que las primeras mueren tras la picadura porque su aguijón queda clavado en la víctima. En cambio, las avispas pueden picar muchas veces, dado que su aguijón tiene borde liso y puede ser retirado luego de picar.
A diferencia de la abeja, la chaqueta resulta más molesta y temida porque come carne y es atraída por el olor de los asados o fiambres, especialmente a fines del verano. Esto aumenta las chances de que las obreras estén cerca de la gente y, por lo tanto, la posibilidad de que se vean amenazadas y piquen. También suelen agredir al pisar o interferir con sus nidos.
Pican y muerden
Son capaces de ambas cosas pues poseen mandíbulas poderosas y el aguijón conectado a la glándula del veneno. Sin embargo, la picadura es lo mas frecuente y problemático. Sin embargo, al final del verano, se tornan más agresivas posiblemente por la combinación de señales externas e internas, que les indican el fin de su ciclo, la menor abundancia de alimentos (menos insectos, en especial larvas) y la mayor demanda del nido que comienza a producir reinas y zánganos. Otro dato a tener en cuenta es que el saco de veneno puede seguir disparando la sustancia unos minutos después de la muerte del insecto.
Origen de la "chaqueta amarilla": mito y realidad
El insecto llegó a la región en la década de 1980. A partir de 2011, luego de la erupción del volcán Caulle Puyehue se produjo un descenso de la población, principalmente en Bariloche. Pero esta primavera comenzó a notarse nuevamente su presencia.
El documento del INTA EEA Bariloche desmiente uno de los mitos sobre la procedencia de las chaquetas amarillas. "No es cierto, como se cree vulgarmente, que esta especie haya sido introducida en la Patagonia para controlar poblaciones de otros insectos", indica el cuadernillo editado por José Villacide y Maité Masciocchi.
Según señala el material, estas avispas son originarias de Eurasia y norte de África pero invadieron Argentina, Chile, Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Estados Unidos y Canadá. Se estima que las reinas se diseminaron en los transportes de madera entre los puertos del mundo.
En nuestro país, fue observada por primera vez en 1980, cerca de Chos Malal, en la provincia de Neuquén. Desde entonces, invadieron gran parte de la Patagonia, desde el norte de Neuquén hasta el sur de Santa Cruz. También existen datos de su presencia en el sur de Mendoza y en la costa atlántica patagónica.
Estas avispas depredan a otros insectos y artrópodos, principalmente larvas de mariposas, arañas, avispas, abejas y moscas. También provocan daños económicos para la apicultura, cría de ganado y fruticultura.
Funcionamiento de una colonia
Las avispas son "insectos sociales" que pertenecen al género Vespula con características similares a la abejas. Las reinas despiertan en la primavera después de hibernar y, luego de alimentarse y explorar el terreno, comienza la construcción del nido para el que buscan lugares protegidos y secos, con disponibilidad de agua cerca y al resguardo del viento.
Es común que utilicen el suelo por lo que ese dato es fundamental para tener en cuenta a la hora de salir a caminar. También pueden aprovechar construcciones humanas como galpones, techos y paredes.
La estructura interna del nido es similar a la de un panal de abejas pero las chaquetas reinas usan fibras de madera que colectan de troncos de árboles y madera de construcciones humanas. Mastican y maceran con saliva la fibra y forman una especie de papel mache color gris perlado. Los huevos de larvas tardan de 5 a 8 días en eclosionar. Mientras tanto, la reina colecta sustancias azucaradas e insectos para alimentar a las primeras larvas que nacen. Una vez que la colonia cuenta con unas 5 a 7 obreras, la reina permanece en el nido y se dedica solo a poner huevos. A partir de ese momento la colonia comienza a crecer rápidamente.
Como sucede con las abejas y hormigas, las obreras son hembras estériles. La reina libera feromona que bloquea su desarrollo reproductivo. En general existe una única reina por nido. Cada nido puede producir entre 1.000 y 2.000 reinas por temporada. Esas hembras permanecen en el nido engordando para luego enfrentar el invierno.
Los zánganos también permanecen en el nido hasta que son forzados por las hembras a salir, unas dos semanas antes que las hembras. Permanecen fuera, esperando la oportunidad para aparearse. Las hembras fecundadas al salir del nido guardan el esperma colectado en cópulas múltiples, en pequeños sacos, durante el invierno hasta que necesitan fertilizar sus huevos para fundar un nuevo nido en la primavera.
Métodos de control
El control de las chaquetas no posee soluciones mágicas o instantáneas. Esto tiene mucho que ver con la complejidad biológica del problema (hábitos de la especie, lugares donde nidifica, característica del ambiente).
Existen dos formas de reducir la abundancia de avispas:
1) encontrando y destruyendo sus nidos ó
2) usando cebos tóxicos.
La ventaja de los cebos tóxicos es que no es necesario encontrar los nidos, ya que las avispas obreras llevan el veneno hasta el mismo. Ambos métodos alivian el problema de la chaqueta amarilla localmente y solo durante el verano en que se realice el tratamiento.
Estudios realizados demostraron que el uso de cebos tóxicos es la única herramienta eficaz para reducir las poblaciones de avispas a pesar de sus limitaciones. El principio subyacente del método es que las avispas forrajeras acarrean al nido el cebo tóxico, envenenando larvas y otras avispas presentes en el mismo antes de morir ellas. Varios tóxicos han demostrado ser efectivos en la reducción de la abundancia de avispas, pero no están libres de riesgos ambientales indeseados.
Sin embargo, a pesar de que se puede eliminar a todas las colonias de avispas presentes en el área tratada, esta puede ser reinvadida por otras avispas provenientes de las áreas adyacentes no tratadas. Por lo tanto, la reducción real en el número de avispas es menor.
El Laboratorio de Ecología de Insectos del INTA EEA Bariloche puso a punto un método de control sobre la base de un cebo preparado con un tóxico. Este veneno, es un neurotóxico que es efectivo en dosis muy bajas. Además, como es específico para insectos, es poco tóxico para vertebrados en general. El mismo está comercialmente disponible en la mayoría de los locales relacionados con la venta de venenos para insectos.
* “Chaqueta Amarilla” de la serie de divulgación sobre insectos de importancia ecológica, económica y sanitaria José Villacide y Maité Masciocchi (editores) Cuadernillo no 1 - Año 2011
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Info de Wikipedia
Bariloche 2000
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